viernes, 27 de mayo de 2011

'vienvenidos a la locura adelante'

no soy una mina de blog. no me interesa ser una mina de blog ni una estrellita 2.0. que viene acá a contarles extensamente lo miserable que soy cuando me duelen los ovarios o lo bien que me cogió el 'chongo' la semana pasada o lo boludas que son a veces mis amigas o cómo me jodió la visión ontológica del amor el hijo de puta de mi ex. esas cosas las cuento en 140 caracteres en twitter porque no merecen más atención ni importancia que esa. (igual, claro, las cuento con un dandysmo, una ironía y un distanciamiento sociológico dignos del mejor baudelaire).

y además me cuesta escribir. me fascina escribir pero me resulta al mismo tiempo un proceso violento e imposible, a lo zizek.

hago esto, en realidad, porque me lo pidió un loco del taller literario que doy en el en hospital municipal josé t. borda. esa es la causa inmediata de la existencia de este blog.

después de escribir una parrafada larguísima que hablaba de nepal, de lacan, de mierda (mucha mierda), de los ramones, de freud y estaba escrita en una mezcla de castellano e inglés slang, me dijo que quería que publicara esto.

y yo quiero publicar todo esto. porque los locos se mueven en un orden del discurso y en un nivel de verdad y de lo real al que ni yo ni vos vamos a poder acceder jamás.

esto no es una idealización. no siento por ellos el amor inocente de rousseau por el buen salvaje. a veces me molesta ir a dar el taller. a veces no tengo ganas. a veces quiero matar a mis locos. y muchas veces ellos me quieren matar a mí. no soy la gran martir virginal de la locura.

pero doy un muy buen taller literario. pienso que la literatura puede habilitar y desencadenar procesos subjetivos que ni el lacanismo más brillante y de vanguardia podría. la literatura, con sus procedimientos, sus artificios, con su desautomatización también se mueve a partir de un dispositivo de verdad imposible e inapelable.

y amo lo que hago. ese me parece un motivo suficiente para seguir haciéndolo y para atravesar el pseudotraumatismo angustiado de intelectual transida por lo simbólico y la tiranía del logos que me provoca escribir.

en 'zoo o cartas de no amor', viktor shklovski le habla a una elsa triolet que sólo quiere escuchar palabras sobre arte y literatura rusa. en una de las mejores cartas, la vigésimotercera, dice que 'hay dos actitudes frente al arte. la primera considera la obra como una ventana al mundo. con palabras e imágenes, los artistas buscan expresar lo que hay más allá de las palabras. los artistas de esta clase merecen el nombre de intérpretes. la otra actitud percibe el arte como un mundo de objetos que existen de forma independiente. las palabras, las relaciones entre palabras, entre las ideas, la ironía del pensamiento y sus divergencias: este es el contenido del arte. si el arte es una ventana, es el mero esbozo de esa ventana'.

en el taller, entre estos escritos, hay de los dos tipos. los que usan la escritura como una ventana y los que son la ventana. porque, finalmente, como siempre, se trata de una forma de mirar.

5 comentarios:

  1. ya te sigo, desde ya

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  2. Tengo un viernes poco inspirado... me gusto lo que escribiste, me gustaria portar un comentario.

    Saludos.

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  3. 'me dijo que quería que publicara esto'

    responder de esta forma a la demanda del 'loco' es semblantear al otro, y no cualquier otro sino el otro de la psicosis. entonces me pregunto, entre tanto psicologismo excesivo para una persona que se encarga de un taller literario con pacientes de tal envergadura: es este ejercicio la falla de alguien que desconoce el terreno en el que pisa? o es acaso solo el intento de exponer un caso en manos de una psicoanalista que se inclina por eludir los modos convencionales de hacerlo?
    si la respuesta co-responde a la primera pregunta me parece un yerro grave, aunque excusable por el desconocimiento. si, por el contrario, se corresponde con la segunda pregunta creo que contradice aquel consejo freudiano de no convertir en un caso para exponer al paciente en pleno tratamiento, puesto que esto finalmente atenta contra el mismo (paciente y tratamiento).

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  4. Bien. Gracias por el comentario.

    Aclaro un poco los tantos. Yo no soy psicoanalista, soy antropóloga y empecé psicología este año como segunda carrera. Con lo cual mi intención para con los pacientes no es terapéutica en el sentido clínico o, si querés, más duro del término: sé que no tengo las herramientas para pretender, con lo que hago, una estabilización de la psicosis. De eso se encargan los profesionales del hospital y eso lo tengo realmente muy en claro. No voy a jugar a hacer psicoanálisis experimental o a innovar en el tratamiento con psicóticos.

    A lo único a lo que aspira el taller, - y yo, porque, en última instancia el taller no es un ente abstracto o un concepto teórico -, es a leer y a escribir. Así, con esa simpleza casi grosera con la que te lo estoy diciendo. Leemos un texto, lo comentamos, lo discutimos, hay veces en las que los pacientes escriben y hay veces en las que no. Yo no me acerco a ellos como analista o como terapeuta. No me manejo en esos términos por millones de razones entre las cuales, la más pesada, claro, es la cuestión ética.

    Con respecto al blog, no pretende ser tampoco una exposición de casos ni una galería de personajes, por eso los textos van sin nombres reales o directamente, van sin nombres. Y por eso también van así, en crudo, sin ningún tipo de análisis. Son textos sin función autor.

    Es cierto lo que decís con respecto a la demanda de los locos. Pero también es cierto que, (yo soy más lacaniana que freudiana con respecto a ese tema), no hay que retroceder ante la psicosis. Y creo que, en este caso, que no perjudica a nadie, los límites se pueden flexibilizar un poco y se puede apelar a la innovación.

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  5. que manera de hacerte la qué

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